
Como marco de interpretación está grabado que sin lucha no hay progreso, ¿pero puede haber progreso construyendo suavecito y bonito en positivo?
Siempre estamos luchando.
En cada uno de los temas que nos mueven y que nos apasionas y por lo que tantas hemos dejado nuestro trabajos convencionales para comenzar emprendimientos. O bien luchas personales, asuntos con los que hemos lidiado durante muchos años y luchamos continuamente, con un pasado, una historia, una herida. Algo que sucedió en la historia personal o familiar, en la historia de la humanidad o ayer por la tarde. pero ahí está una lucha constante, para ocupar el lugar que tenemos, el que creemos merecer, para dar a otros lugares y voces donde nos las hay.
Luchamos para buscar y conseguir espacios. Para que a otros no les suceda lo que nos sucedió.
A veces luchamos contra nosotros mismos, contra lo que hemos sido, contra nuestras propias emociones, contra nuestros miedos, "oye tu, una parte de mi, tu no me vengas a venir a joder, porque no quiero ser tan así, tan asá". Una vez mi sombra se me paró de frente y llorando me preguntó si las veces que me había salvado la vida también le había sido tan incómoda como cuando me hizo mirar mal a la suegra. Lucho contra lo que he sido, lucho contra la mirada que otro pueda tener de mi, mirada a la que no puedo acceder, que no puedo modificar y que cuando logro ver digo, ¡oh por dios como esta persona que amo me puede ver con esos ojos' y entonces más personas que amo me dicen oye no te parece raro que tantas personas que amas te vean con malos ojos.
Entonces parece que siempre estamos luchando.
Luchamos contra los obstetras que nos quieren decir cómo parir, luchamos con las casi abuelas que no dicen cómo no se puede parir, luchamos con la sociedad que vende cesáreas, coches y teteros.
Y para justificar esa lucha... ¿Qué hacemos para que esta no pierda validez?
Hay veces que para hacerlo no queda otro remedio que dejar la herida abierta. Terminamos necesitando que esa herida no sane, para que siga habiendo la justificación de la lucha. terminamos necesitando al agresor para poder seguirle haciendo frente, porque esa lucha es un motor que nos impulsa.
Pero con frecuencia olvidamos la fuerza que cada palabra tiene que cada imagen realiza cada vez que si quiera mencionamos aquello que queremos erradicar, incluso si es para criticarlo, solamente logramos darle fuerza. cada vez que vemos imágenes de crueldad y dolor se imprime la creencia que este es un mundo donde no solo existe sino que está normalizada. El reto, a mis ojos es sostener los espacios donde eso no sea parte de la ecuación, donde esa frecuencia de vibración este en otro plano que no corresponde a lo que se vibra aquí.
Yo no quiero y no puedo vivir en un mundo que siga separando el lado oscuro del lado claro, que me siga diciendo que aquél está bien que este está mal, quiero integrarlo, tengo que poder integrarme y que toda yo esté bien. que en la sombre pueda hallar su utilidad y sonreír porque le gusta salir a pasear y ser útil.
Para eso cambie afuera necesito sostener un espacio donde lo que yo construya, todo lo que yo hable y todo lo que manifiesta sea desde la expresión en positivo de lo que quiero alentar, de lo que quiero alimentar.
Puede ser suavecito. podemos sanar. podemos dejar de luchar.
Independientemente de que ese mundo exista afuera, no quiero reconocerlo con mi lucha, no quiero regalarle mi energía, quiero usar mi energía para dar paso al nuevo mundo que se abre, que está naciendo y que necesita que lo nutra, que está listo para olvidar, no porque no reconozca el pasado sino que ese pasado que le trajo hasta aquí, ya no le da las herramientas para dar la bienvenida al presenta que llega. Que está listo para sentirlo todo y de todo sacar fuerza, sacar amor.
Podemos construir en positivo solo en positivo. No es ignorar ni hacerse la vida gorda es sostenerse en la intención de construir de cocrear este mundo nuestro.
Todo esto puede ser más suave, con más amor.
Siempre estamos luchando.
En cada uno de los temas que nos mueven y que nos apasionas y por lo que tantas hemos dejado nuestro trabajos convencionales para comenzar emprendimientos. O bien luchas personales, asuntos con los que hemos lidiado durante muchos años y luchamos continuamente, con un pasado, una historia, una herida. Algo que sucedió en la historia personal o familiar, en la historia de la humanidad o ayer por la tarde. pero ahí está una lucha constante, para ocupar el lugar que tenemos, el que creemos merecer, para dar a otros lugares y voces donde nos las hay.
Luchamos para buscar y conseguir espacios. Para que a otros no les suceda lo que nos sucedió.
A veces luchamos contra nosotros mismos, contra lo que hemos sido, contra nuestras propias emociones, contra nuestros miedos, "oye tu, una parte de mi, tu no me vengas a venir a joder, porque no quiero ser tan así, tan asá". Una vez mi sombra se me paró de frente y llorando me preguntó si las veces que me había salvado la vida también le había sido tan incómoda como cuando me hizo mirar mal a la suegra. Lucho contra lo que he sido, lucho contra la mirada que otro pueda tener de mi, mirada a la que no puedo acceder, que no puedo modificar y que cuando logro ver digo, ¡oh por dios como esta persona que amo me puede ver con esos ojos' y entonces más personas que amo me dicen oye no te parece raro que tantas personas que amas te vean con malos ojos.
Entonces parece que siempre estamos luchando.
Luchamos contra los obstetras que nos quieren decir cómo parir, luchamos con las casi abuelas que no dicen cómo no se puede parir, luchamos con la sociedad que vende cesáreas, coches y teteros.
Y para justificar esa lucha... ¿Qué hacemos para que esta no pierda validez?
Hay veces que para hacerlo no queda otro remedio que dejar la herida abierta. Terminamos necesitando que esa herida no sane, para que siga habiendo la justificación de la lucha. terminamos necesitando al agresor para poder seguirle haciendo frente, porque esa lucha es un motor que nos impulsa.
Pero con frecuencia olvidamos la fuerza que cada palabra tiene que cada imagen realiza cada vez que si quiera mencionamos aquello que queremos erradicar, incluso si es para criticarlo, solamente logramos darle fuerza. cada vez que vemos imágenes de crueldad y dolor se imprime la creencia que este es un mundo donde no solo existe sino que está normalizada. El reto, a mis ojos es sostener los espacios donde eso no sea parte de la ecuación, donde esa frecuencia de vibración este en otro plano que no corresponde a lo que se vibra aquí.
Yo no quiero y no puedo vivir en un mundo que siga separando el lado oscuro del lado claro, que me siga diciendo que aquél está bien que este está mal, quiero integrarlo, tengo que poder integrarme y que toda yo esté bien. que en la sombre pueda hallar su utilidad y sonreír porque le gusta salir a pasear y ser útil.
Para eso cambie afuera necesito sostener un espacio donde lo que yo construya, todo lo que yo hable y todo lo que manifiesta sea desde la expresión en positivo de lo que quiero alentar, de lo que quiero alimentar.
Puede ser suavecito. podemos sanar. podemos dejar de luchar.
Independientemente de que ese mundo exista afuera, no quiero reconocerlo con mi lucha, no quiero regalarle mi energía, quiero usar mi energía para dar paso al nuevo mundo que se abre, que está naciendo y que necesita que lo nutra, que está listo para olvidar, no porque no reconozca el pasado sino que ese pasado que le trajo hasta aquí, ya no le da las herramientas para dar la bienvenida al presenta que llega. Que está listo para sentirlo todo y de todo sacar fuerza, sacar amor.
Podemos construir en positivo solo en positivo. No es ignorar ni hacerse la vida gorda es sostenerse en la intención de construir de cocrear este mundo nuestro.
Todo esto puede ser más suave, con más amor.