Después del nacimiento del bebé, el patrón de contracciones se interrumpe. La placenta transfiere un volumen de sangre al bebé y entrega el trabajo de la oxigenación a los pulmones del recién nacido - Si el cordón no se pinza al nacer y se permite la transfución, la placenta estará más vacía y menos voluminosa. La interacción instintiva madre-bebé estimulan aún más la liberación de oxitocina y el útero responde contrayéndose. Estas interacciones implican olfato, el tacto (piel con piel), sabor, sonido ... puede que el bebé se arrastre al pecho de la madres, estimulando con los pies que el útero se contraiga. Puede que agarre el pecho y se alimente, sin embargo esto no es esencial.
El útero se comprime, Las fibras del músculo uterino constriñen los vasos que alimentan la placenta. Y la placenta, que a diferencia del útero no es elástica, es incapaz de permaneces conectada y se separa - por lo general a partir del centro, detrás del que se forma un cuágulo de sangre. En este punto se puede notar un pequeño chorro de sangre, la placenta se separa y el cordón umbilical alargará a medida que la placenta se desplaza hacia abajo. La madre puede sentir entonces nuevas contracciones que la invitan a pujar y alumbrar la placenta.
Por lo general la 3era etapa del trabajo de parto, el alumbramiento ocurre en la hora siguiente al nacimiento y en pocas ocasiones se permite su expulsión fisiológica, por lo general quien atiende el parto asiste en la salida de la placenta ejerciendo ligera (o no tan ligera) tracción en el cordón para asistir la salida. Un estudió del 2001 determinó que omitir la tracción del cordón no aumentaba los riesgos de hemorragia post parto (argumento más frecuente utilizado para justificar esta práctica)
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Diana VegasCon visión y con amor un trabajo en construcción con propósito de servir. Archivos
Junio 2017
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